Esto es, para que nos entendamos, como las teclas negras de los pianos, ya que los glockenspiels normales solo constan de una escala de tonos (do-re mi...). Este complemento de semitonos nos ofrece un abanico cromático y más poibilidades.
Su construcción es sencilla, y para su precio no está mal aunque algunos detalles se podían mejorar (como las piezas de goma que sujetan las placas, son muy delicadas). Las placas tienen un buen sonido de metalófono, con brillo y duradero, y también aguantan bien los golpes. Además el instrumento es pequeño y se puede transportar y guardar casi en cualquier sitio.
Es muy recomendable si lo quieres destinar a algún taller de música o si solamente lo quieres añadir a tu colección de sonidos. Eso sí, debo añadir que, al tratarse de un complemento, no incluye baquetas a diferencia de otros muchos que hay por aquí.