Estoy gratamente sorprendido por este instrumento. Pero antes que nada un poco de historia. La marca Kramer se inicia con Gary Kramer y tres socios más a mitad de los 70´s. Empezaron con guitarras de mástil de aluminio que no terminaron de cuajar en el mercado y ya en los 80´s se propusieron fabricar guitarras normales de madera y abrirse camino entre las reinas Gibson y Fender.
El camino seguido fue construir guitarras partiendo de cuerpos iguales que los de Fender, con lo que ello supone en ergonomía, y crear guitarras coloristas y más espectaculares visualmente que lo que existía hasta ese momento, incluso quitando pastillas que se utilizaban menos y dejando solo la del puente. Además de construir mástiles de arce que invitaban a tocar muy rápido dada su comodidad. Esto hizo que pronto atrajeran la atención de grupos de heavy y en general de todos lo géneros que querían aparentar modernidad y novedad. Así los modelos Baretta y el 84 fueron de los más vendidos a lo largo de los 80´s. Guitarras espectaculares que aun hoy en día lo siguen siendo, después de tantos años siguen dando imagen de algo moderno. Eddie Van Halen fue uno de los que utilizó durante años Kramer, incluso trabajando en colaboración con la marca.
Ya en los 90´s hubo problemas económicos y el propio Kramer dejó la marca en manos de sus socios y al final fue vendida a Gibson. Pasando años de oscuridad. Hoy en día con el resurgir de Gibson, afortunadamente para todos los amantes de las cuerdas y con una nueva dirección en el grupo, han vuelto a fabricar instrumentos de calidad.
Y como Kramer sigue siendo de su propiedad no han querido dejarla atrás, lo que me parece digno de aplauso. Además lo han hecho muy bien porque han creado una serie que se llama “The Originals” donde entran todas estas guitarras que hicieron historia en los 80´s y son replicas exactas a las originales.
Esta Kramer Baretta que he comprado me parece una guitarra muy buena. Sin llegar a los 800 € le puede hablar de tú a tú a guitarras que son 4 o 5 veces más caras, y hablo en concreto de mis PRS Custom 24, además de Music Man, Fender o Gibson. Las PRS son fuera de serie pero cuando cojo la Kramer no echo en falta la PRS, son guitarras muy distintas y la Baretta es pura diversión y correteo por el mástil. No quiero decir que no se puedan hacer solos expresivos y matizados pero lo primero que apetece con ella es “correr”, son Ferraris guitarrísticos. La Baretta realmente se puede utilizar para el tipo de música que queramos, la pastilla Seymour Duncan tiene mucha salida y suena muy bien.
Por lo demás la guitarra venía sin ningún defecto, el Floyd Rose funciona perfectamente. Aunque fabricadas en Indonesia la guitarra ha pasado un control de calidad. El mástil como digo es rapidísimo. El cuerpo es muy bonito y cómodo, como dije más arriba es exactamente como el de una Fender, con lo que supone en comodidad y belleza. Personalmente opino que el cuerpo de una Fender es de los más cómodos que existen. Aparte el color amarillo es espectacular, las fotos no hacen justicia, la guitarra te alegra el día solo con verla.
Mi enhorabuena a Gibson por revitalizar la marca Kramer, se lo merece por tener su lugar en la historia de la música, y además esta nueva Gibson por ahora está haciendo las cosas muy bien, incluso ha comprado Mesa Boogie. Como muestra de lo que me ha gustado la Baretta solo decir que también encargué el modelo “84”, otro clásico en Kramer.
El envío de Thomann como acostumbra, todo muy bien empaquetado y sin ningún problema.
